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Astro se metío en su habitación para leer una de las cuatro postales que Colombina le había mandado del viaje que hacia con su padre por México en las vacaciones del colegio. Su papá las había abandonado para largarse al país azteca con otra mujer y allí tuvo suerte y se convirtió en promotor de turismo. Cuando se llevo a Colombina intentaba dar la imagen de buen padre generoso que bien funcionaba con su única hija, pero solo por el interés de ella por explotarle los sentimientos y la plata.
Las imágenes de las postales eran muy bonitas: unas del antiguo puerto colonial de Veracruz, otras del Palacio de las Bellas Artes y la Plaza de la Constitución del D.F. y el último del fuerte de San Diego de Acapulco. Todas iban fechadas con siete días de diferencia entre ellas porque Colombina era muy supersticiosa y repudiaba los números pares. En esas cartas iba contando sus disparates propios y sus pensamientos impulsivos con una frescura grande que hacía que Astro sonriera al imaginársela perdida entre las faldas de las bailarinas de los desfiles que contaba haber presenciado; o también se entristecía por tenerlo lejos y no estar con ella para ver los nombres raros que le ponían los aztecas a todo. En cierto modo, Colombina venía a visitarle cada vez que llegaban las postales.
La última, llegada en el día 13 de Marzo empezaba diciendo: "Hola Zoroastro. Te mando esta postal acordándome de tus reproches de viejo cuando me dices que soy una maniática obsesiva con lo de los impares. Hoy es día 13 y yo estoy feliz y tu debes estar con tus escepticismos de ateo, negando a tenerle miedo a los días 13 que caen en martes. Sí, ya se que no es martes, sino viernes. Pero VIERNES 13, igualito que la película gringa que fuimos a alquilar a la videoteca.
A propósito, estuve muy cerquita de un sitio donde podía comprar un disco de tus queriditos Rolling Stones pero no tenía ni idea de cómo ir porque papá Guido me dejó las indicaciones y me volví a perder como la semana pasada cuando fuimos a Veracruz. Pero luego el vino y me dijo que allí no tenían discos gringos sino canciones viejas de Chavelita Vargas y Pedro Infante y otros demás chingados mexicanos. Le regañe porque es un ingrato con los artistas del país que le da la plata para comer. Luego le pregunté si podía conseguirme algo de los Rolling Stones para ti y me dijo que podía escribirme la letra de la única canción que se sabía de ellos. Así que termino escribiéndote la cancioncita del Guido en otro papel, que acá no me cabe. Espero que Manuela esté bien y que le des recuerdos de mi parte. Hasta el próximo día veinte, cuando pasen los siete días.
Te aprecia, Colombina Méndes"
Astro retiró el clip rojo que sujetaba un pedacito de papel arrugado y se puso a leer. La canción era "Start me up" y estaba muy mal escrita. El papá de Colombina tiene muy mala letra dijo Astro pensando en alto.
Pero se le cruzó por la cabeza que si estaba seguro del amor que empezaba a sentir por ella,la canción venía estupenda a la situación porque decía al principio "...if you start me up I'll never stop..." y pensó de nuevo Astro con una sonrisa de las de Colombina que el amor es una de esas cosas que ni los números impares pueden parar.